Vandral retard 75 mg cápsulas duras de liberación prolongada

  1. Blanche dice:
    October 29, 2011 at 9:20:49 PM

    Hola a todos. Soy una mujer de veinte años; he tomado ya varios tipos de antidepresivos, antipsicóticos y ansioliticos y he conseguido dejarlos todos, pero no sé si podré con el Vandral. Tomaba la dósis máxima, 225 mg, y he ido bajando poquito a poco, pero tras una semana sin tomar nada estoy fatal: náuseas, mareos, sudores fríos, pérdida del equilibrio y un par de desmayos. Pero tampoco puedo seguir tomándolas indefinidamente, pues aunque al principio me funcionaron bien, los efectos secundarios ya son insoportables. Y me refiero a efectos secundarios objetivos: una cosa es que el prospecto diga "desórdenes menstruales" y otra bien distinta es tener el periodo durante más de veinte días seguidos... asusta un poco, la verdad.

    Se trata de algo desconcertante. He conseguido mantener mi vida normal (con la ayuda médica, por supuesto) durante las etapas más difíciles de mi enfermedad (delirios, depresión mayor, psicosis, trastornos de pánico... ¡incluso me ascendieron dos días antes de mi primer intento de suicidio!) y sin embargo, he tenido que pedir la baja laboral para "desengancharme" de este medicamento porque apenas puedo levantarme de la cama. Me siento como una drogadicta, ¡yo, que ni siquiera fumo ni bebo alcohol!

    Lo más triste es que comencé a tomar Vandral durante un ingreso hospitalario. Por la mañana me daban la cápsula blanca; por la noche, la roja. Yo me las tomaba sin preguntar. Y al darme el alta, el psiquiatra me informó: "Esto se llama Vandral. Tendrás que tomarlo durante un tiempo." ¡Si hubiera sabido esto, nunca hubiera aceptado! ¿Acaso no están obligados a informarnos de los riesgos que conlleva la medicación?

    Me consuela bastante leer las historias de quienes han conseguido dejarlo. Las medicinas son útiles y en algunos casos necesarias, pero cuando hay que parar, hay que parar. Aun así, es difícil. Espero escribir aquí el día de mañana que he conseguido dejarlo y que, con o sin ayuda farmacológica, llevo una vida normal. Hasta entonces, me despido y agradezco los comentarios y la ayuda de todos. Un abrazo. Sed fuertes; la vida es hermosa.

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