Rubifen 10 mg comprimidos

  1. lita dice:
    April 15, 2014 at 5:03:32 AM

    Hola he leído atentamente lo que escribe Luna. Tengo un hijo hiperactivo de 5 años, cuando me dieron el diagnóstico lo medicaron. Nunca se lo dí porque no podía como madre darle un psicofármaco. En su lugar lo llevé a natación que descubrí que le encanta, dos veces por semana y vuelve feliz. Salimos a correr andar en bicicleta, a jugar, le leo cuentos, le presto una computadora para que juegue. Es muy difícil educar a un niño con hiperactividad, es el cuádruple de esfuerzo para una mamá sola como es mi caso. Tiene apoyo terapéutico psicóloga, psicopedagoga, fonoaudióloga. He buscado una escuela pequeña con poquitos alumnos en su salita para que se sienta mejor y más contenido. Le hice un tratamiento para los parásitos, empecé a hacer terapia y trabajar con él MUCHISIMO la cuestión de los límites. Con todo esto mi hijo ha mejorado considerablemente, ya no tira cosas, no le pega a ningún otro niño, ha pasado de los golpes o tirar cosas a la mala palabra, al insulto, asi que hoy por hoy estamos trabajando este tema. Es muy importante mirarlo a los ojos y que haga contacto. Los niños con hiperactividad son muy sensibles y demasiado inteligentes, no es fácil educarlos. Mi familia cree que mi hijo no tiene ninguna dificultad que todos los problemas los tengo yo, creen que porque están con el dos días ya es suficiente para conocerlo. Con mucha paciencia, explicándole todas las cosas, y permitiéndole expresarse, se sienten bien. Un gran afecto a los hiperactivos.

    • L E R dice:
      April 15, 2014 at 3:58:56 PM

      Hola Lita,
      Te he leído y quisiera darte las gracias por contarnos un poco tu historia. Pienso que cada caso es diferente, y habrá técnicas que a un niño no le irán bien mientras a otro sí; la cuestión es probar diferentes cosas que pensemos les pueden ayudar, antes de tirar de los psicofármacos, o, por lo menos, usarlos lo menos posible. Estos niños requieren mucha más dedicación y tiempo, y se merecen que así sea. Peuede que uno llegue a desquiciarse con ellos y a perder la paciencia, pero la respuesta no son los fármacos sinó ayudarles de verdad, con AMOR en mayúsculas, y haciendo las cosas con amor, dedicación y tiempo, uno siente que realmente está haciendo todo lo que puede hacer por su hijo. No es la vía fácil y rápida, pero nunca las vías fáciles y rápidas fueron las mejores. Cualquier padre interesado por la salud de su hijo debería informarse mucho acerca de las consecuencias de este tipo de medicación a tan tempranas edades durante tiempos prolongados, y no fiarse nunca 100% de los médicos, porque tendemos a esto: a dejarlo todo en el dictamen y la prescripción médica, cuando lo cierto es que se han cometido y se están cometiendo aberraciones. Pero como la verdad siempre acaba ganando, cada vez son más los padres que abren los ojos. Saludos con afecto.

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